La guerra que no cesa.
Pronto hará un año, que sin declaración de guerra por medio, las tropas rusas empezaran la invasión de la vecina Ucrania, que sin esperarlo, se encontró luchando por salvar su capital del asedio de los invasores, y de defenderse de un comando infiltrado que buscaba ni más ni menos que asesinar a su presidente y a su gobierno, para poner en su lugar a uno títere dependiente de Moscú.
El presidente de la federación rusa, Vladimir Putin, titulo esta invasión, como operación militar especial, con el objetivo de desnazificar el estado y el ejército Ucraniano. Eso al menos públicamente era el objetivo confeso, la realidad es más cruel y se vio desde los primeros instantes de la invasión, se trataba de la anexión por la fuerza del País entero, o al menos de la mayor parte de este.
Pero…con lo que el Kremlin no contaba, era con la tenaz y heroica defensa Ucraniana, y con la oposición de Occidente en bloque a estos hechos, manifestándose en sanciones económicas tanto a Rusia como a sus ciudadanos más preeminentes, y la ayuda militar y económica a Ucrania, que han dado la vuelta a la situación, y lo que en principio se proyecto como un paseo militar, se ha traducido en un fracaso a gran escala, una pérdida de prestigio internacional y el airear la debilidad del supra valorado ejército ruso.
Moscú se encuentra aislado de occidente a estas alturas, su ejército tras grandes descalabros militares, se ha revuelto y ataca sin piedad posiciones civiles, hospitales, estaciones de tren, guarderías y colegios, zonas urbanas, algunas de las ciudades han sido destruidas hasta sus cimientos, y cada vez son más las voces que piden juzgarlos, con Putin a la cabeza, como criminales de guerra.
Tres grandes ofensivas Ucranianas, ayudadas por entregas de moderno material occidental, han sido realizadas con éxito, y los rusos han retrocedido hasta posiciones, en Lugansk y el Dombas, donde ya se combatía desde 2014, con aquella anexión de la península de Crimea, anexionada también ilegalmente por la fuerza de las armas.
Los Ucranianos, con su presidente Valodimir Zelenski, al frente, han sido los héroes mundiales de este año recién acabado, tristemente por ser héroes en una guerra que no han buscado, pero en la que están haciendo gala de una gallardía, propia de un pueblo que defiende su tierra ante el invasor extranjero, eso es algo que no se debe olvidar al empezar una contienda de este tipo, sus tropas están con la moral alta, y las rusas, ante la increíble cantidad de bajas, tiene la moral por el suelo, y una más grande cada día oposición interna al conflicto en la propia Rusia, silenciada como siempre por la más cruel de las represiones.
Esperemos que alguien ponga cordura en este enfrentamiento, y las negociaciones no pasen por ceder territorios al invasor, que en ese caso, a la vuelta de pocos años, se planteara repetir la operación en otros países limítrofes, Polonia, el Báltico, Finlandia, Suecia, todos ellos realmente comprometidos con Ucrania, pues han visto las barbas de su vecino pelar.