Gibraltar, la negociación del Brexit
La negociación entre la UE y Reino Unido del acuerdo sobre Gibraltar tras el Brexit "avanza a buen ritmo" y no debería verse afectado por el pulso que Londres mantiene ahora con el bloque en relación con el Protocolo de Irlanda del Norte. Así lo ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. "Son negociaciones separadas aunque al otro lado de la mesa esté el mismo actor", ha comentado en rueda de prensa con su homólogo irlandés, Simon Coveney, confiando en que Londres acuda a las conversaciones con la misma "actitud constructiva y de diálogo" con la que lo hace la UE. Albares ha desvelado que "hay textos concretos sobre la mesa" y confía en comenzar la redacción pronto con soluciones concretas y jurídicas sobre los puntos importantes.
El ministro ha recordado que en esta cuestión la Comisión Europea "trabaja estrechamente con España", ya que de hecho la negociación tiene como base el memorándum de entendimiento que firmaron los gobiernos británico y español el 31 de diciembre de 2020 en el que se prevé la futura supresión de la Verja y trasladar los controles fronterizos en el Peñón al puerto y el aeropuerto. "Confiamos en que se avance lo más rápidamente posible", ha señalado Albares, después de que esta semana haya tenido lugar en Londres una nueva ronda negociadora, la octava, entre el Gobierno británico y Bruselas. Ambas partes se habían dado inicialmente de plazo hasta finales de 2021 para cerrar el acuerdo, que regulará la relación de Gibraltar con la UE ahora que Reino Unido no es estado miembro, pero ante la imposibilidad de cumplirlo se pusieron como meta el primer trimestre del año, plazo que también ha expirado ya.
El temor ahora es que el pulso que mantiene Londres con Bruselas a cuenta del Protocolo de Irlanda del Norte, que se aprobó tras el Brexit para evitar una frontera dura entre el Úlster e Irlanda y que el Gobierno británico amenaza con abandonar unilateralmente, pueda afectar la negociación del acuerdo sobre Gibraltar. En este sentido, el ministro irlandés también ha insistido en que son dos cosas separadas y ha defendido que "lo mejor" es que se pueda mantener así en el futuro. Así, ha reclamado a Reino Unido que cumpla con lo que firmó tras su divorcio de Europa. El acuerdo entre la UE y Reino Unido, "como todos los acuerdos internacionales, debe ser respetado", ha defendido. Llegado el caso, según Albares, el segundo sería España, "debido a los densos vínculos sociales y económicos" entre los dos países. "No comprenderíamos que se tomaran acciones unilaterales", ha asegurado el ministro.
Preguntado sobre si España está preparada para el caso de que Reino Unido cumpla con su amenaza, el jefe de la diplomacia ha asegurado que no quiere barajarlo "ni como hipótesis". En todo caso, ha recalcado que "España está preparada para cualquier eventualidad". En este sentido, no considera "justas" las críticas de Londres al supuesto inmovilismo de Bruselas, ya que ha subrayado que la Comisión Europea ha ofrecido prórrogas y exenciones precisamente para evitar algunos de los temores expresados por parte del Ejecutivo de Johnson.
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha ido un paso más allá en el optimismo con el que se expresa desde hace semanas sobre las negociaciones que llevan a cabo la Unión Europea y Reino Unido para lograr un tratado internacional que rija las relaciones entre los Veintisiete y el Peñón una vez culminado el Brexit. Hasta el punto de que, en una declaración en el Parlamento gibraltareño este lunes, ha dicho que ambas partes están cerca de comenzar a redactar ya un borrador porque hay propuestas "claras y concretas sobre la mesa". E incluso ha expuesto algo así como un plazo: según su percepción, se necesitarán dos rondas para cerrarlo. A principios de junio está previsto que se establezcan esas "fechas claves".
"Tenemos al alcance de la mano un tratado histórico entre Reino Unido y la Unión Europea", ha dicho Picardo, que cree que crearía "un renovado optimismo en la propia idea europea". "Creará oportunidades para nuestro mayor desarrollo económico y el de la región que nos rodea, y quizás incluso más allá, cruzando el Estrecho. Quiero dejar claro que la prosperidad compartida de la que hablamos se trata de desarrollo empresarial, no de que Gibraltar pague por la creación o el mantenimiento de infraestructuras españolas", ha declarado, en relación a las manifestaciones del alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, manifestó: “Necesitamos generosidad de un Gobierno de Gibraltar que permita compartir las inversiones públicas y no solo se beneficien de todas las actuaciones públicas de infraestructuras en España. Que cooperen en su sostenimiento”.
Picardo ha explicado que Reino Unido no firmará el tratado sin recibir el visto bueno de las autoridades del Peñón. Y que, antes de dar el consentimiento al Gobierno de Boris Johnson para ratificarlo, someterá el texto a un acuerdo del Consejo de Ministros y a un debate profundo en el Parlamento en el que se debatirán "los términos y el contenido" a través de una moción con posibilidad de realizar enmiendas.
Tras confirmar que en ningún momento los negociadores europeos han puesto sobre la mesa algún aspecto que comprometa la soberanía británica sobre Gibraltar, el ministro principal se ha referido a la posibilidad de que el desacuerdo entre los mismos negociadores sobre la frontera entre las dos irlandas acabe por enturbiar la negociación sobre Gibraltar. "Está claro que muchas cuestiones externas han golpeado nuestras negociaciones en los últimos seis años desde el resultado del referéndum del Brexit", ha dicho. Pero, subrayó, “son negociaciones completamente diferentes”, antes de recordar que así lo han expuesto todas las partes en varias ocasiones.
En las ocho rondas de conversaciones celebradas, ha explicado el ministro principal, se han cubierto ya "todas las áreas que son objeto de negociación", cuya complejidad ha calificado de "inimaginable" porque afecta a todos los "componentes básicos de la Unión Europea" para determinar "como cada uno de ellos debería aplicarse a Gibraltar en el futuro".
Picardo ha destacado los recursos desplegados por Reino Unido y la Unión Europea durante la negociación con los mejores expertos en cada apartado, así como la labor del fiscal general y asesor Jurídico jefe del Gobierno, Michael Llamas, y los consejos del gobernador, Sir David Steel. El ministro principal ha nombrado además a Daniel D'Amato, de la Oficina de Gibraltar en Bruselas; al responsable de la Misión Británica en esa misma ciudad, Lindsay Appleby, y al jefe de la negociación por parte del Foreign Office, Robbie Bulloch. También ha resaltado el compromiso del equipo europeo liderado por la española Clara Martínez Alberola, y ha explicado que, durante este tiempo, se ha establecido "una sólida relación" con los representantes del Gobierno español.
En las últimas cuatro semanas, ha relatado Picardo, se han alcanzado avances importantes. "Por supuesto, nada está acordado hasta que todo esté acordado y en este momento no podemos decir que se haya cerrado un texto. Simplemente estamos refinando principios con gran detalle", ha dicho.
"En muchas áreas, ya hemos alcanzado consensos en torno a principios básicos que nos permiten continuar hacia un pleno acuerdo", ha continuado el jefe del Gobierno gibraltareño, quien ha reconocido que "el problema principal se ha centrado en la movilidad de las personas", teniendo en cuenta que había que llevar a la práctica "el delicado equilibrio alcanzado en el Acuerdo de Nochevieja", pero no es el único que queda por concretar.
Picardo ha explicado que, según aquel acuerdo, España es la responsable de los controles a las personas que buscan ingresar en la zona Schengen a través de Gibraltar por el paso fronterizo de La Línea. "Al menos durante los primeros cuatro años, llevará a cabo esos controles con la asistencia de Frontex. Sin embargo, la cuestión es cómo hacerlo de forma segura y agradable para Gibraltar y el Reino Unido, así como España y la UE, desde el primer día. Por supuesto, tenemos que lidiar con muchos años de disputas y restricciones, etc., a medida que evaluamos cada posición del otro".
"La ubicación y forma de realizar los controles Schengen ha sido un tema clave a lo largo de la negociación. Eso significa trabajar para acordar en detalle dónde estarán las personas relevantes, qué harán y a quién se lo harán. La clave, sin embargo, es que no habrá tales controles en la frontera entre nosotros y España. Es decir, donde actualmente se realizan los controles, no los habrá. Eso pondrá fin, para siempre, al menos durante el período de aplicación del Tratado, a las colas y controles fronterizos tal y como los conocemos hoy. Por supuesto, también queremos que estos problemas no generen cargas adicionales innecesarias para los pasajeros que llegan al aeropuerto y al Puerto de Gibraltar", ha manifestado.
El ministro principal ha defendido la confidencialidad de la negociación como fundamental para llegar a acuerdos en un proceso que "depende de la discrecionalidad para poder tener éxito".